Tienen el control de ese cuerpo
Lo despojan de piernas, brazos, narices,
párpados, labios, pómulos
Le retienen los sentidos, uno a uno
no dejan que huela el aroma de los verdes,
que escuche la música de la tormenta de verano,
que roce los pies del elegido,
que vea las estrellas que caen castigadas a la tierra
que saboree los besos amargos de la despedida
no quieren que escape del dolor,
del martirio, de la angustia
Retienen ese cuerpo que se escapa
Despojado