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lunes

Se atragantan las palabras

La inspiración se pierde bruscamente

           Un gesto que amarga la alegría
                                   sólo uno...   


Impotencia



viernes

Llanto agridulce
Llanto irónico


    
    
      Llanto desganado
      Llanto disparador
      Llanto silencioso
      Llanto alegre
      Llanto maldito

    


Llanto que carcome lo que toca
Llanto que penetra por el sitio inadecuado

Llanto de angustia aún no reconocida





Con las alas desplegadas

     Merodeando almas ajenas

Desalojada de la noche

       Inquilina de sueños 




miércoles

...


Con el rostro empapado de lluvia
                (también del alma)
explorando los cortejos fúnebres
indagando en los obituarios
escarbando lápidas
                               no se encuentra

martes

Parte de mi...


Después de varios meses la ví aparecer. Entró, tiró su equipaje, se desparramó en el sillón.

Recorrió con su mirada los cambios en la sala y con un leve gesto los aprobó.

Luego sus ojos se clavaron en el nuevo cuadro adquirido y pasaron las horas.


La observé... su rostro, su cuerpo habían cambiado... no así su actitud...


De repente sentí dudas sobre aceptarla nuevamente en mi rincón...
                                                         dudas sobre su presencia, 

permanente o esporádica
sobre encontrarla cada tanto en algún espacio compartido.

Dudas sobre abrirle nuevamente mi adentro.
Este adentro que había estado adormecido, anestesiado, empastillado...


Pero mi vida no era vida así, sin esta conciencia de la muerte, no era vida... 

Sin esta angustia desesperada, no era vida...

Sin este oscuro costado que se había marchado hace tiempo, no era vida.


Y le abrí las puertas y las ventanas, para que se instale o desaparezca... me  acompañe o abandone
                              
                              cuando quiera ella...

                                                 y yo...
            

miércoles

Sentires



Un silencio puede más que mil palabras ....

A veces, las palabras se amontonan en la garganta, pujando por salir ... otras veces no ...

- Te quiero - dice ella

.... y el silencio ensordece ... y los grillos cantan ... y los sapos croan ... y las vacas mugen ... y ella quiere tragarse las palabras pero éstas ya están afuera y danzando con el viento se alejan para nunca más regresar...

Triste, pensarán algunos ... 
                 
                                          tristeza por aquellos que guardan un te quiero que no es propio.

martes

Vacío



Solo un paso fue decisivo ... 
un paso fatal, inesperado, doloroso, sin ganas, automático.

Un paso inevitable y el abismo.

Abismo que devela fantasmas, que abre mis sentidos a una realidad negada ...

Abandono, desprecio, dolor, lástima, impotencia, estupidez humana a granel, desgano, descontrol, soledad, incoherencias ...

No quiero llegar al fondo de este abismo ... quien lo conoce, entiende por qué no quiero... 

jueves

Miradas...


Caminó desesperada por el pasillo. Ida y vuelta. Vuelta e ida. Entró a la habitación y la recorrió como gata enjaulada. Se arrinconó. En su cabeza retumbaban las palabras que él le había dicho esa tarde. “Vos no te vas. Pisando mi cadáver te vas a ir de esta casa”. 

Repentinamente recordó esa mañana. 

Apurada salió de su casa, se subió a su auto, giró la llave,  nada, volvió a intentarlo. Nada. Llegaba tarde. Se bajó del auto mientras mascullaba “tanto mercedes al pedo”. 
Entró a la casa. Buscó el teléfono. Marcó números de varias remiseras agendadas en  la puerta de la heladera. “Mierda, ocupado”. 

- “María!”, gritó.
- “Si señora”, respondió María.
- "Necesito irme ya, ¿en que viene usted a casa?”
- “En el 22 señora. Luego me subo al 18”. 
- “¿Y esos números podrán llevarme a mi trabajo?”. 
- “Son ómnibus señora y sólo tiene que subirse al 18”. 

Años sin subirse a un bondi. Hora pico. Parada. Su cartera Prüne demasiado a la moda para el ambiente. Fundamentalmente incómoda. Una mezcla ácida de perfumes y transpiración.  
Durante todo el trayecto molestó al chofer para que le indicara dónde bajar. 
El chofer ofuscado ante ella le gritó "Acá debe bajarse señora, por suerte!" 

Primer peldaño, una mirada extraña desde el fondo del colectivo. 
Segundo peldaño, la misma mirada, más profunda. 
Tercer peldaño, una mirada que giró hasta perderla. 

Esa mirada la mantuvo distraída durante casi todo el día.
Le penetró el cerebro, el cuerpo. Hacía años que no sentía algo así. Ese estremecer que cada tanto provoca espasmos que recorren todos los órganos.  La piel se eriza. Los pezones se endurecen. Las pupilas se pierden. El sexo late. 
Solo una mirada. De un tipo cualquiera en la última fila del bondi. 

Era el momento de irse. Levantó las valijas. Cruzó el pasillo. Se adentró en la sala. Abrió la puerta. Y recordó nuevamente sus palabras… “Vos no te vas. Pisando mi cadáver te vas a ir de esta casa”

Giró y caminó sobre su cuerpo tendido. Con su taco aguja penetró la herida y lo sintió moverse. “vos lo pediste cariño… vos lo tenés… sobre tu cadáver me voy” y levantó su otro pie poniendo todo el peso de su cuerpo en esa herida, girando su cuerpo como un destornillador, hasta sentirlo inmóvil. 

                                                                      Y partió. 

En busca de miradas que pudieran conmoverla. 

miércoles

Ésta vida...


Observando...

viendo como corre el maquillaje abundante de esos rostros

viendo como las máscaras se desvanecen

 y dejan al descubierto otras máscaras...


Agudizo mis sentidos...


para sentir que no es el final

para sentir que la vida no se escapa...