Un roce casi insignificativo para cualquiera… un roce que
estremece… que completa, que libera…
Una caricia torpe pero esperada… que no despierta culpa. Un
ápice de ternura sin intenciones… Un espacio acotado entre dos cuerpos
Roces que quitan cerrojos de todas las puertas y ventanas…
Lo reconozco… soy adicta a esos roces…
a darlos y recibirlos
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