martes

Parte de mi...


Después de varios meses la ví aparecer. Entró, tiró su equipaje, se desparramó en el sillón.

Recorrió con su mirada los cambios en la sala y con un leve gesto los aprobó.

Luego sus ojos se clavaron en el nuevo cuadro adquirido y pasaron las horas.


La observé... su rostro, su cuerpo habían cambiado... no así su actitud...


De repente sentí dudas sobre aceptarla nuevamente en mi rincón...
                                                         dudas sobre su presencia, 

permanente o esporádica
sobre encontrarla cada tanto en algún espacio compartido.

Dudas sobre abrirle nuevamente mi adentro.
Este adentro que había estado adormecido, anestesiado, empastillado...


Pero mi vida no era vida así, sin esta conciencia de la muerte, no era vida... 

Sin esta angustia desesperada, no era vida...

Sin este oscuro costado que se había marchado hace tiempo, no era vida.


Y le abrí las puertas y las ventanas, para que se instale o desaparezca... me  acompañe o abandone
                              
                              cuando quiera ella...

                                                 y yo...
            

No hay comentarios:

Publicar un comentario