Y se cerraron las puertas y ventanas
que dejaban entrar la angustia irreverente
y se abrieron los ojos para mirar
profundo, bien adentro
y los labios modularon mil perdones
y los brazos abrazaron las extremidades
de otros cuerpos desolados
y las piernas corrieron a la soledad
despiadada
y el alma desperezó los rencores...
Ahora respirar.
Aprender a respirar de nuevo.
Inhalar y exhalar, inhalar y exhalar,
inhalar y exhalar
Que el aire destape las arterias
tapadas por
el miedo, por la angustia, por la culpa
y que la sangre recorra los rincones.
Ahora a vivir. Aprender a vivir de
nuevo.